miércoles, 28 de enero de 2009

Deja de ser súbdito... ¡conviértete en ciudadano!

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GERMÁN BENITEZ GARCÍA


Hace unos días, en México, con motivo de la entrega del Premio Planeta a Fernando Savater, la periodista Carmen Aristegui le hizo en CNN una interesante entrevista a este filósofo y escritor español, a quien le tocó vivir bajo el esquema de la dictadura de Francisco Franco.

Fernando Savater

Con toda oportunidad, Aristegui planteó la interrogante de cuál debía ser el papel de la ciudadanía, de frente a la crisis económica y de inseguridad que actualmente viven México y el mundo.

Al respecto, con la puntual claridad que lo caracteriza, Savater hizo referencia a su obra “Ética para Amador”, acerca de la cual insistió en que ser ciudadano es sinónimo de participar conscientemente en la vida social, pero advirtió que esta vida no debe ser rutinaria, sino participativa.

Savater apuntó que para que el ciudadano sea tal, debe diferenciarse del súbdito, es decir, de aquel que vive quejándose contra lo que está inconforme, no hace nada, y termina sometiéndose y acatando las órdenes del dictador. Por ello, cuestionó que durante la dictadura de Franco, en España abundara la gente que estaba inconforme, pero no hacía nada por el cambio.

El conjunto de apuntes por demás interesantes derivados de la entrevista de Carmen Aristegui, tiene todo un cúmulo de aplicaciones prácticas y constructivas, entre las que procedería señalar que en la categoría de los súbditos hay especies de más a menos.

Súbditos de primera, segunda y tercera

En esas especies de más a menos, quedarían configurados los súbditos de primera, segunda y tercera clase, que a su vez encajarían a los que se suelen agrupar en las clases alta, media y baja de la sociedad actual. Mientras los primeros se dejan someter por algunos por millones de pesos, los últimos se entregan por una despensa de alimentos para sobrevivir.

Resulta interesante que los señalamientos de Savater vengan a coincidir con dos importantes sucesos de trascendencia internacional, y que tienen que ver con el apunte que hice con motivo del tema de que la corrupción es causa de la crisis financiera internacional.

Uno de esos importantes sucesos fue el anuncio de la detención del gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, bajo cargos de corrupción relacionados con la selección del sucesor al escaño que dejó vacante en el Senado federal el presidente electo Barack Obama.

A Blagojevich se le acusa, además, de que desde hace tres años ha contratado amistades para puestos estatales, y que incluso se ha beneficiado ilícitamente con licitaciones públicas.

Insisto, el anuncio de este caso de corrupción –que es sólo uno de los que a nivel gubernamental se están investigando en Estados Unidos–, ocurre en el contexto del anuncio que también hizo el Presidente Felipe Calderón, al arrancar el Programa Nacional de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción 2009-2012. Interesante.

El Presidente aseguró: “Este programa es un hasta aquí del gobierno y de la sociedad contra la corrupción y las malas prácticas. Es un compromiso común que nos lleva a decir en las palabras y en los hechos: cero tolerancia a la corrupción, cero tolerancia al soborno, a la extorsión, a las trampas; cero tolerancia al influyentismo, al compadrazgo en las compras gubernamentales. Cero tolerancia al mal uso y al despilfarro de los recursos públicos”.

Al respecto, uno de los temas que en palabras de Savater implicaría un facilitador para formar ciudadanía, es que Calderón incluyó la denuncia anónima en uno de los seis ejes para ejecutar el Programa Nacional de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción.

Y ello porque a la par de que el titular de la Función Pública, Salvador Vega Casillas, sostuvo que cerca del 20 por ciento del Producto Interno Bruto de México se queda y se distribuye entre los altos círculos de la corrupción, Calderón hizo este otro apunte:

La corrupción empobrece


“La corrupción empobrece a los mexicanos, eleva los costos de los productos, vulnera la competencia, acelera la destrucción de los recursos naturales, incrementa la violencia y reduce la confianza en las autoridades”.

Así pues, aunque la “denuncia anónima” pueda no ser lo mejor para formar al ciudadano al que hace referencia Fernando Savater, no deja de ser una opción válida para evitar que México y el mundo vayan al abismo que ya Juan Pablo II había advertido en los inicios del nuevo milenio y durante la Jornada Mundial por la Paz:

“Se reconoce que por su carácter científico y técnico, los modelos culturales de Occidente son fascinantes y atrayentes, pero muestran con mayor evidencia un progresivo empobrecimiento humanístico, espiritual y moral al brotar de una cultura marcada ‘por la dramática pretensión de querer realizar el bien del hombre prescindiendo de Dios, supremo bien’ ”.

Vale este conjunto de sucesos y reflexiones, frente al anhelo nacional que en el ámbito de lo político, desea que México verdaderamente logre su tránsito a la democracia, aunque ello, como señala Savater, sólo se logrará si cambiamos nuestro papel de ser “súbditos a ciudadanos”.
“Para que el ciudadano sea tal, debe diferenciarse del súbdito, es decir, de aquel que vive quejándose contra lo que está inconforme, no hace nada y termina sometiéndose y acatando las órdenes del dictador”, Fernando Savater.
Fernando Savater
Fuente: yoinfluyo

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