miércoles, 8 de diciembre de 2010

Hay que saber escandalizarse, como las Mayúsculas

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Anca Balaj
escribió ESCaNDALIZARSE, que me deleité leyendo en su blog aminúscula y deseo compartir con mis visitantes fijos y ocasionales no sólo la mencionada nota sino la que está más abajo GRAFOLOGÍa. Es decir, dos buenas acotaciones de esta singular escritora:

«Uno de los requisitos para ser mayúscula
es saber escandalizarse con los asuntos apropiados»

ESCaNDALIZARSE


Uno de los requisitos para ser mayúscula es saber escandalizarse con los asuntos apropiados y no ante cualquier hecho que a una se le ocurra de pronto.


Si, por poner un ejemplo, un día estalla una guerra, las minúsculas se escandalizarán desde un primer momento, les parecerá una salvajada y una brutalidad, pensarán que si las pobres gentes, que si qué sé yo. Así de exageradas andan las pobres por la vida.


Una mayúscula, en cambio, actuará con la seriedad pertinente, se apenará, pero no llegará a escandalizarse, pues sabe que las guerras tienen sus reglas y es de esperar que éstas se cumplan. Mientras la guerra sea correcta, no hay razón para alterarse. Donde una minúscula se precipita en señalar como "crimen de guerra" cualquier muerte (cualquiera, sin distinción, las muy tontas), la mayúscula sabe que sólo algunas de esas muertes son reprochables y no se escandalizará tan a la ligera y así seguirá mientras no haya indicios de lo contrario. Porque la guerra en sí, mientras se cumplan las reglas, no es ningún abuso, como todos sabemos.


Pero las minúsculas no conocen la templanza. De ahí que no sea recomendable dejarse dirigir por minúsculas, de ahí que no se les permita encabezar frases jamás. ¿A dónde llegaríamos a parar con semejante ligereza para escandalizarse, con semejante incapacidad de comprender la diferencia entre lo reglamentario y lo abusivo?


GRAFOLOGÍa


Cuando una minúscula cae enferma (rara vez, muy, muy rara vez) debe acudir al grafólogo para que analice su letra y su psique y así detectar los posibles trastornos que la pequeña pueda estar sufriendo.

El procedimiento en estos casos es el siguiente: la minúscula llegará al despacho del grafólogo titulado con tres cuartos de hora de antelación y esperará pacientemente en la sala adecuada para tal fin; aprovechará este rato para practicar una letra bonita y clara en su cuaderno de dibujo.

Llegada la hora, entrará al despacho en el que el titulado ya se habrá escondido tras el biombo para no influir en su letra (quiero decir en la letra con la que ésta escribe). Tras las presentaciones y saludos de rigor, saludos que la minúscula realizará ante el espejo sacando la lengua por lo menos tres veces, la pequeña cogerá un papel y escribirá el texto más profundo que se le ocurra, para impresionar al grafólogo y así obtener un diagnóstico favorable, cosa que sin duda sucederá.

Así transcurren las visitas ordinarias al grafólogo en lo que a minúsculas se refiere. Las mayúsculas, en cambio, tienen muchas más complicaciones: con tantas responsabilidades que tienen, con ese ritmo de vida, se dan muchos casos de graphofobia* entre ellas.

*miedo a la escritura

©Anca Balaj

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